martes, 2 de agosto de 2016

SESGOS DE PENSAMIENTOS




Invisible

susurra el eco de mi voz.


Como vientos

semejantes a éstos

propósitos míos,

caminando a

través de aires

buenos—manteniéndose

así constante

como quiero, a través

de tus paisaje;

invisible,

mimetizado me muevo

por tus sentidos.



Imperceptiblemente detecta un sonido tu pensamiento y volteas hacía los míos.

CADA ESCENA ES UNA METÁFORA


Sigues metiéndote en mis despojadas muertes, alojada en despedidas hiriebres; cerrando las orillas de mis versos olvidados—acorralando la aparente prosa de mi obviedad.


Sigues estándo en las lágrimas que conservo, en un viejo cuaderno: resistiendo el peso de mis versos, resistiendo el emblema de una tarde cualquiera—escribiendo desordenadamente .

Sigues siendo el refugio casual que he construido, marchintado las palabras que te besaron a través de versos; tinieblas de las que soy el soberano de un reino—nuestro reino. ​

lunes, 14 de marzo de 2016

CHICA TRISTE



Vi aquel rostro, por interminables calles y ciudades y apestosos parques; mirada guardada de ternura infinita.

Tus cabellos apenas pueden verme desde tu tristeza, caminando por esas calles y ciudades y apestosos parques—extraña chica ensimismada de mirada negra.


Agolpados vientos susurran una canción, interminables sonidos y murmullos claman por morder esa mirada tuya; llamando un momento mi atención; pero no me ves...

lunes, 21 de septiembre de 2015

LA MALDITA PRIMAVERA

   (el inconformismo de un Neandertal)
                               (poesía)






Será, será. Así que mientras que los suertudos del Norte, se acostumbran a los deleites del Otoño; días más cortos, atardeceres rojizos y Lunas  más grandes.

Será, será. Así que mientras las lindas hojas que caen, con ese tibio aire de fines de Verano, que sonrojan hasta el más amargado.

Más aquí, en el olvidado Sur del hemisferio, somos víctimas de la condenada Primavera.


El mediado de Septiembre, los capullos del ciruelo; el día que se hace más largo y ese detestable polen de las delicadas y torpes flores, que vienen de la mano con las asexuadas esporas, de árboles fornicadores.

Primavera, me asustas tu... Mis ojos rojos y estornudos, estarán a la orden del día; mariposas de azules ropajes y marrones audaces; sé que me perseguirán, por mis colores.

Verdes hojas, madrigueras de insectos invernadores, detengan a esta primavera maldita...  Os lo imploro.


Y morí...  Y muerto de estornudos moriré, morí con melodramáticas trompetadas de mi nariz... Mis ojos rojos son testigos dello...



              Primavera maldita.


domingo, 13 de septiembre de 2015

Pensándola y viajando con su silueta que dibujan las nubes.


Ella querrá otros ojos que la miren como yo la veía, recordará siquiera aquellas viejas canciones que la hacían suspirar como lo estoy haciendo hoy; a caso sabrá que aún los vientos apasionados vuelan hacía donde está ella...

Ella... Pensará todavía en locuras, en ternuras y ese sensible roce que hacía mi aliento a su pelo. Suspiraría todavía en noches de lunas llenas y estrellas de olvido, deshojando madrugadas y mañanas en que se despiertan amargas ausencias; más allá mirando al cielo, como solía hacerlo ella.


Ella pasará, contrastando su delgada figura a la ventana de mi domicilio, cuando me encuentro ausente en otros lugares; pensándola y viajando con su silueta que dibujan las nubes. Mis sueños se entristecen, con el hábito cruel de hacer guardia a su barca que no atraca, recitando mis poemas que llueven nostálgicos de tanto invocarla a ella.... A ella.