martes, 2 de agosto de 2016

CADA ESCENA ES UNA METÁFORA


Sigues metiéndote en mis despojadas muertes, alojada en despedidas hiriebres; cerrando las orillas de mis versos olvidados—acorralando la aparente prosa de mi obviedad.


Sigues estándo en las lágrimas que conservo, en un viejo cuaderno: resistiendo el peso de mis versos, resistiendo el emblema de una tarde cualquiera—escribiendo desordenadamente .

Sigues siendo el refugio casual que he construido, marchintado las palabras que te besaron a través de versos; tinieblas de las que soy el soberano de un reino—nuestro reino. ​

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